lunes, 21 de febrero de 2011

Seguridad en la presencia del Señor.-

Salmos 91.-  


Seguridad del que confía en el Señor.


    1El que habita al abrigo del Altísimo
     morará a la sombra del Omnipotente.

    2Diré yo al Señor: Refugio mío y fortaleza mía,
         mi Dios, en quien confío.

    3Porque Él te libra del lazo del cazador
         y de la pestilencia mortal.

    4Con sus plumas te cubre,
         y bajo sus alas hallas refugio;
         escudo y baluarte es su fidelidad.

    5No temerás el terror de la noche,
         ni la flecha que vuela de día,

    6ni la pestilencia que anda en tinieblas,
         ni la destrucción que hace estragos
en medio del día.

    7Aunque caigan mil a tu lado
         y diez mil a tu diestra,
         a ti no se acercará.

    8Con tus ojos mirarás
         y verás la paga de los impíos.

    9Porque has puesto al Señor, que es mi refugio,
         al Altísimo, por tu habitación.

    10No te sucederá ningún mal,
         ni plaga se acercará a tu morada.

    11Pues Él dará órdenes a sus ángeles acerca de ti,
         para que te guarden en todos tus caminos.

    12En sus manos te llevarán,
         para que tu pie no tropiece en piedra.

    13Sobre el león y la cobra pisarás;
         hollarás al cachorro de león y a la serpiente.

    14Porque en mí ha puesto su amor, yo entonces lo libraré;
         lo exaltaré, porque ha conocido mi nombre.

    15Me invocará, y le responderé;
         yo estaré con él en la angustia;
         lo rescataré y lo honraré;

    16lo saciaré de larga vida,
         y le haré ver mi salvación.
                                                                    La Biblia de las Américas



Este es uno de los salmos más conocidos, y ampliamente recitado "de memoria", lo cual es altamente positivo, aunque a veces esta forma de recordarlo nos impide detenernos en la profunda descripción que desea hacer el salmista de nuestro Dios. Los salmos son escritos desde el corazón y desde ahí debemos leerlos.

El Salmo 91 es un poema maravilloso que describe con sinónimos la acción amorosa de Dios a nuestro favor. Sin merecerlo, aún sin saber pedirlo, Dios nos brinda su mano de amor.

El habitar en la presencia de Dios no tiene que ver con estar en un lugar, sino más bien con vivir una vida santa.

Todos nuestros temores y ansiedades son deshechos ante la vista de Dios, quien transforma las adversidades en bendición, para nosotros y para quienes nos rodean. José, un hombre que vivía al abrigo del Altísimo dijo a sus hermanos que lo habían vendido como esclavo: "Es verdad que ustedes pensaban hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente" (Gn. 50:20, NVI). Dios puede transformar la crisis de cualquier tipo en bendición, si le servimos en obediencia y vivimos bajo Su sombra.

La protección, la libertad y la salvación, sólo las encontramos en Cristo, el Hijo de Dios, Él es nuestro único refugio.


TOMADO DE "EL DISCÍPULO BÍBLICO", VOLUMEN 1, TOMO 1.-  EDITORIAL EVANGÉLICA, 2003.  USA.-



1 comentario:

  1. ¡Qué hermosas verdades nos recuerda la Palabra! Nuestro Dios es tan grande, poderoso -todopoderoso-, amante y bueno que no podemos ni imaginarlo; ¡Él cambia aun la maldición en bendición! Nehemías 13:2 ¡Bendiciones a tod@s!

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