lunes, 8 de agosto de 2011

"Un callejón sin salida", por Rabino Yechiel Eckstein.-

"Yo los guiaré constantemente, les daré agua en el calor del desierto, daré fuerzas a su cuerpo, 
y serán como un jardín bien regado,
como una corriente de agua."

Isaías 58.11 -TLA-.


En verdad, el Mar Muerto es una de las más notables y más visitados sitios geológicos de Israel.   Situado a unos 1.300 metros bajo el nivel del mar, el Mar Muerto es el punto más bajo sobre la faz de la tierra.  Y es también uno de los lugares más salados.  De hecho, es casi nueve veces más salado que el océano.  Pero debido a sus duras condiciones,
no hay vida animal o marina que pueda sobrevivir en sus aguas saladas; de ahí que se le llame por el nombre de “Mar Muerto.”



Pero, ¿sabe usted por qué el Mar Muerto es tan salado? Es porque es un lago sin salida.  Esto significa que el agua solo puede salir a través de la evaporación.  Puesto que no hay salida y debido a las temperaturas que pueden elevarse a más de cien grados, el agua se evapora, dejando atrás los minerales disueltos.  Sin lugar a donde ir, estos minerales siguen acumulándose y se concentran en el agua, por lo que es inhabitable para cualquier tipo de vida.

Tan interesante por sus condiciones geológicas, el Mar Muerto también nos puede enseñar una lección de vida importante.  Y es que a veces podemos llegar a ser como este mar, de muchas formas.  Por ejemplo, podemos sumergirnos en las enseñanzas bíblicas que sin lugar a dudas son muy buenas y verdaderamente enriquecedoras.  Pero si no se incorporan esas enseñanzas a nuestra vida diaria de manera práctica, el conocimiento se vuelve inútil, muerto.

Las bendiciones que Dios ha derramado sobre nosotros - ya sea en las cosas materiales, la riqueza, el talento o la sabiduría - no solo han sido dadas para nuestro propio beneficio, para mantenernos a nosotros mismos.  Como la Palabra de Dios expresa en Deuteronomio 15, no debemos ser tacaños, sino dadivosos, dando libremente.  Lo que fluye en nuestras vidas a través de la gracia y la bendición de Dios debe hacerlo hacia el exterior, hacia aquellos que nos rodean. 
Eso es lo que Dios quiere, y es lo que lo honra a Él.

Como el profeta Isaías dijo al pueblo de Israel, si miraban a los intereses de los demás, alimentando a los hambrientos y ayudando a los que tienen problemas, Dios los guiaría y satisfacería sus necesidades.  Sus vidas serían como un "manantial cuyas aguas nunca faltan."

¿No le gustaría ser un manantial inagotable en lugar de un “mar muerto”?


Rabí Yechiel Eckstei es el fundador del Ministerio Cristianos Unidos por Israel.
Para conocer sobre este 
Ministerio -en inglés-: http://www.ifcj.org/site/PageNavigator/eng/USENG_homenew


1 comentario:

  1. ¿Cómo están tod@s?

    A esa pregunta final creo que todos contestaríamos "¡por supuesto que sí!".

    Pero debemos ir más allá de las palabras.

    El Señor nos ayude a ser "...hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores..."-Santiago 1.22-.

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