miércoles, 19 de enero de 2011


Orientación del alma.-  


Salmos 37 -NVI- 

Salmo de David. 
 1 "No te irrites a causa de los impíos 
      ni envidies a los que cometen injusticias; 
2 porque pronto se marchitan, como la hierba; 
      pronto se secan, como el verdor del pasto.
 3 Confía en el Señor y haz el bien; 
      establécete en la tierra y mantente fiel. 
4 Deléitate en el Señor
él te concederá los deseos de tu corazón.
 5 Encomienda al Señor tu camino; 
      confía en él, y él actuará."

No es por poder humano que entramos en el Reino de Dios.  Es por la resignación firme en las pruebas y en la luchas que Él nos enseña caminos nuevos y nos guía por ellos.  

Su corazón es un santuario, y mientras oramos nos conduce a una comunión para que entendamos el verdadero sentido de la adoración.  Este es un lugar santo
y el pecado debe ser quitado antes de que entremos en él con alegría.  No intentemos llegar a este recinto sagrado, sin humillarnos y apartar de nosotros el amor propio y el egoísmo.

Dios tiene mucho trabajo para ser realizado, pero no puede usar ninguna vida que no está completamente entregada a Él en total sumisión.  La orientación del alma debe estar centrada en Él.

TOMADO DE "VIAJE DEL OTRO CRISTIANO", FRANCES ROBERTS.-  EDICIONES LOORES DEL CORAZÓN.  1986.  BRASIL.

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