domingo, 16 de octubre de 2011

El mejor camino, por Wendy Blight.

"Yo soy el camino".   Juan 14.6.                            


¿Hay momentos en los que te has sentido resistente para ir al encuentro con Dios?  Tal vez por las palabras hirientes que has hablado o la falta de perdón albergada en tu corazón.  Estas cosas nos hacen sentir culpables e indignos de entrar a la presencia de un Dios santo.  
La Ley en el Antiguo Testamento no le permitía a Israel estar en la presencia de Dios que residía en el Templo, en el lugar llamado el Lugar Santísimo.  Solo el Sumo Sacerdote podía entrar en esa habitación.  Esto tenía lugar una vez al año, pata presentar la ofrenda para el perdón de pecados del pueblo.  


¿Por qué esta distancia entre Dios y el ser humano?
 Porque el pecado ha creado una barrera entre Dios y el hombre.  Era necesario un sacrificio de sangre para eliminar esa barrera erigida por el pecado.  Por lo tanto, el Sumo Sacerdote hacía los sacrificios en nombre de todo el pueblo.  Sin embargo, las personas no pecan una vez al año, sino diariamente.  Este sistema de sacrificios continuo les recordaba su culpa. ¿Te imaginas vivir con este recordatorio constante de tu pecado?


Hace un tiempo me di cuenta de que estaba viviendo de esta manera.  Cada vez que perdía el control, que me aferraba a la falta de perdón, levantaba un muro entre Dios y yo.  Sentía vergüenza y culpa porque nunca podía hacerlo bien.  Le decía a Dios cuánto lo sentía, pero días después fallaba de nuevo.


Pero ni tú ni yo tenemos que vivir como en el Antiguo Testamento.  Con Jesús, Dios hizo un camino nuevo.  Envió al Gran Sumo Sacerdote, que es el mejor camino.  Dios envió a Su Hijo Jesús a morir en la cruz por nuestro pecados.  El sacrificio de Jesús no necesita repetirse cada semana, cada mes o incluso todos los años.  Cristo hizo un sacrificio que de una vez por todas elimina cualquier pecado que alguna vez fue cometido o que pudiera serlo.  Al derramar Su propia sangre, Jesús perdonó nuestros pecados nos hizo puros y santos ante los ojos de Dios.  


Jesús dice: "Yo soy el camino".  Su muerte en la cruz hizo un camino para ti y para mi, para estar en Su presencia; para presentar ante Él nuestras necesidades con valor y confianza, incluso cuando sentimos el peso de nuestro pecado.


Cuando pecamos, simplemente podemos presentarnos ante Dios con un corazón sincero, pedir perdón y recibirlo.  Nunca más debemos estar llenos de vergüenza y culpa.  Hemos sido liberados; en Jesús, Dios nos ha dado el mejor camino.


Oremos.-


Querido Jesús:gracias por dejar tu trono celestial para venir a vivir entre nosotros.  Gracias por ser mi Sumo Sacerdote.  Gracias por hacer un camino para mí, para recibir el perdón por mis pecados.  Dame el valor para dejar de lado mi vergüenza y culpa, y así acercarme confiadamente ante Tu trono, recibir perdón y vivir con confianza.  En el Nombre de Jesús, Amén.
Wendy Blight pertenece al Ministerio Proverbios 31.-



1 comentario:

  1. Seguro que si elegimos EL camino, único y correcto,Jesús, llegaremos a encontrarnos con Dios.

    ¡Y qué feliz encuentro!

    ¡Bendiciones a tod@s!

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