lunes, 30 de mayo de 2011

Enfrentando el "qué pasaría si..." con valor

El contenido de esta entrada ha sido adaptado de un devocional escrito por Glynnis Whitwer, de la serie "Aliento para hoy", del Ministerio Proverbios 31.
http://www.proverbs31.org/spanish/index.php


Glynnis Whitwer  He aprendido que la paz y el valor que se manifiestan en mi propia fuerza no resisten la prueba. Mi paz se determina por las circunstancias. Es determinada por mi capacidad de controlar la situación. Con mi paz, siempre hay esa pequeña voz diciendo, pero ¿y si…?

La paz de Jesús, sin embargo,

silencia esa voz, que sabe la respuesta que obtendrá.  “Voy a ser tu paz”, Jesús responde por mí.

Ahora estoy mejor capacitada para enfrentar el "qué pasaría si…" de la vida.  En lugar de centrarme en lo que yo no sé, me concentro en lo que sé.  Por encima de todo, sé que la paz de Jesús estará conmigo.  Las tormentas van a venir, las aguas van a subir, pero puedo tener paz.  Esta es una promesa de Aquél que nunca ha mentido.

No puedo conocer el futuro, pero me aferro a Aquél que lo hace; Aquél que está preparado para enfrentar lo que venga. Estoy segura de que Jesús no me abandonará; Él todavía hace milagros, y se asegurará de que esté cuidada. Eso es lo que sé.

Todavía tengo preocupaciones e inquietudes que surgen; sería falso sugerir lo contrario. Sin embargo, no me dominan. Cuando siento su presencia en mi camino, me detengo a orar: “Jesús, necesito tu paz.  La mía no está funcionando de nuevo.  Tú no dijiste que no habría problemas en este mundo. Conoces el problema que estoy enfrentando y ves cómo el miedo está amenazando con abrumar.  Incluso en medio de mi tormenta, yo sé que tienes el poder para traer la paz.  Te pido en este momento de tu paz, que inunde mi corazón.  Sólo con tu paz puedo afrontar el futuro con confianza.  En el Nombre de Jesús, Amén.”


1 comentario:

  1. ¡Qué bueno iniciar la visita al blog leyendo estas palabras que infunden fe y nuevos ánimos!: recordar que no tenemos que depender de nuestras fuerzas para tener paz -pobre de nosotr@s si así fuera-, sino que podemos descansar en la promesa, y por lo tanto realidad, de que Jesús está SIEMPRE a nuestro lado y como consecuencia de ello también el fruto de Su Espíritu que incluye la paz.

    "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo." Juan 14:27

    ¡Bendiciones a tod@s!

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