domingo, 4 de septiembre de 2011


"Quiero, sé limpio".-  
Marcos 1.41.-   


Jesús habla y se hace.
Sana a todos aquellos que se acercan a Él, y no rechaza a nadie.
El ser humano que está alejado de Dios, en pecado, se halla en una situación más miserable que la del leproso; debe imitar el ejemplo del leproso
del texto bíblico de implorar a Jesús y seguirle.


Esa mano que multiplicó los panes, que salvó a Pedro de hundirse, es la misma que toca a todos los pecadores que  Le buscan, y en un momento les deja limpios.
El amor de Jesús es la fuente de salvación. Él nos ama, nos mira, nos toca 
nosotros vivimos.              

Esta lectura ha sido tomada de un devocional de la serie Mañana y tarde, escrito por Charles Spurgeon.

1 comentario:

  1. Esa es la gran duda: sabemos que Él puede, pero dudamos sobre si Él quiere.

    Pero como leemos en esta entrada ¡ánimo! Su Palabra nos confirma que como le dijo al leproso, nos dice a nosotros: "quiero, sé limpio".

    Y por si eso no fuera suficiente en Romanos 8.32 leemos: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"

    ¡Bendiciones a tod@s!

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